Siempre fui fan de moverme, de estar en los estadios y vibrar con el deporte. Me encantaba capturar momentos para guardarlos como recuerdos. Hasta que un día, viendo a los fotógrafos en cancha, sentí la conexión y dije: “ahí quiero estar yo”.

Salí de México para estudiar en la New York Film Academy, aunque siempre digo que no necesitas mudarte al extranjero para aprender: basta con intentar, fallar y volver a intentar. Muchas de las cosas que hoy aplico las aprendí viendo videos en YouTube o siguiendo a referentes de la foto. La evolución ha sido increíble: antes las luces ocupaban medio cuarto, hoy todo cabe en la mochila amarilla que me acompaña siempre.

Al principio no tenía el mejor equipo ni la experiencia, pero sí las ganas enormes de aprender y mejorar. Cada partido era una escuela improvisada, donde entendí que lo más importante no es la cámara, sino la pasión por contar lo que está pasando.

Hoy mi enfoque está en dar voz al fútbol femenil, contando historias que inspiren a más niñas a creer que sus sueños también se pueden cumplir. En ocasiones cubro partidos varoniles, selecciones o mis propios viajes, siempre siendo mii prioridad mostrar cómo el deporte abre caminos y cambia vidas.